Efectos y consecuencias del abuso sexual infantil
El abuso sexual es otra forma de abuso
de poder, la peor de todas, especialmente cuando
se manifiesta sobre niñas y adolescentes. Un
abuso de poder que marcará su vida, especialmente
cuando el abuso se convierte en violación.
El abusador/violador se refugia en el secreto,
que le protege y le permite repetir la misma
actuación con otras niñas de su familia. Porque
aunque sea descubierto por algún otro
miembro de la unidad familiar, el hecho de hacerlo
público es tan espantoso que generalmente
callan para proteger la imagen de la familia.
Esta ley del silencio agudiza los efectos y las consecuencias que la víctima sufrirá durante gran parte de su vida. Por eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los reconozcamos como un problema social que hay que abordar.
Las familias incestuosas mantienen
una ley del silencio tan férrea como la mafia.
Si surge alguna mujer lo suficientemente valiente
como para hablar de ello, generalmente
descubrirá que otras mujeres de su familia también
han sido abusadas y chocará contra la
negación a hablar de ello fuera del seno familiar.
Desde nuestra experiencia terapéutica, hemos constatado que muchas de estas familias incestuosas tienden repetidamente a relacionarse, “a casarse”, con integrantes de otras familias incestuosas, como si haber vivido esa experiencia dotara de una intuición especial para escoger a seres afines, algo así como una comunicación no verbal, un entendimiento tácito. Y, si no se toman medidas para luchar contra el secretismo de estos abusos domésticos, el número de familias incestuosas seguirá creciendo y expandiéndose.